Candidiasis oral en niños: remedios y cuidados

Imagina que de un momento a otro tu bebé comienza a rechazar el pecho o el biberón, llora más de lo normal y tiene unas manchas blancas en la lengua que no desaparecen. Lo primero que podrías pensar es que es leche, pero al intentar limpiarlas te das cuenta de que no se van y que además, parece que le están causando molestias. Es posible que te estes enfrentando a un caso de candidiasis oral, una condición común en niños, pero que muchos padres no conocen. 

La candidiasis oral en niños, también conocida como “muguet” o “algodoncillo”, es una infección provocada por un hongo llamado Candida albicans. Aunque suena alarmante, la mayoría de los casos no son graves y pueden tratarse fácilmente. 

En este artículo vamos a explicarte todo lo que necesitas saber sobre la candidiasis oral infantil: qué es, por qué aparece, cómo identificarla, y que tratamientos o remedios caseros pueden ayudarle a hacerle frente. Vamos a verlo.

¿Qué es la candidiasis oral en niños?

La Candida albicans es un hongo que vive de forma natural en el cuerpo, especialmente en la boca, los intestinos y la piel. En condiciones normales, no causa problemas, ya que este hongo coexiste con bacterias “buenas” y el sistema inmunológico lo mantiene bajo control. Pero en determinadas situaciones, ese equilibrio se rompe y la Candida se multiplica sin control, generando una infección.

En los niños pequeños, esta infección se manifiesta como placas o manchas blancas que cubren la lengua, el interior de las mejillas, las encías y, a veces, los labios. Estas manchas pueden parecer restos de leche, pero con una diferencia importante: no se desprenden fácilmente y al intentar removerlas pueden causar enrojecimiento o incluso sangrado.

Causas de la candidiasis oral en niños

Hay varias razones por las que este hongo puede crecer descontroladamente en la boca de los niños. Aquí te contamos las más frecuentes:

• Contagio durante el parto: Si la madre tiene una infección vaginal por hongos en el momento del parto, el bebé puede contagiarse al pasar por el canal vaginal.
  
• Uso de antibióticos: Los antibióticos, aunque útiles para combatir bacterias dañinas, también eliminan bacterias beneficiosas. Esto desequilibra la flora oral y favorece que la Candida crezca sin control. Puede ocurrir tanto si los toma el bebé directamente como si los recibe a través de la leche materna.
  
• Higiene inadecuada de objetos bucales: Chupetes, biberones, mordedores y otros utensilios que el bebé lleva a la boca pueden acumular humedad y hongos si no se lavan y esterilizan correctamente. Esto convierte estos objetos en un canal de transmisión perfecto para la infección.
  
• Transmisión por lactancia: Si la madre tiene los pezones agrietados o infectados con hongos, puede pasar la infección al bebé. A menudo, madre e hijo se reinfectan mutuamente si no se tratan al mismo tiempo.

Factores de riesgo en bebés y niños pequeños

El principal motivo por el que la candidiasis oral es más común en los primeros meses de vida es que el sistema inmunológico del bebé aún no está completamente desarrollado. En esta etapa, las defensas naturales todavía no son lo suficientemente fuertes para controlar el crecimiento de hongos como la Candida albicans, lo que los hace especialmente vulnerables.

Este riesgo se incrementa aún más en situaciones específicas como:

• Bebés prematuros, cuyo desarrollo inmunológico es aún más limitado.
• Bebés con muy bajo peso al nacer, que suelen requerir cuidados médicos especiales.
• Niños con enfermedades graves o crónicas, que afectan su capacidad de defensa.
• Niños con catéteres intravenosos a largo plazo, expuestos a más riesgo de infecciones.
• Niños que reciben tratamientos médicos que debilitan el sistema inmunológico, como la quimioterapia.

En estos casos, la candidiasis oral no solo es más probable, sino que también puede volverse más persistente o requerir un tratamiento más prolongado.

En niños mas grandes el uso prolongado de ciertos medicamentos (por ejemplo, corticoides inhalados) o una dieta rica en azúcares puede generar candidiasis. 

Y si bien este artículo se enfoca en la infancia, es importante saber que la candidiasis oral también puede aparecer en adultos, especialmente en personas con sistemas inmunológicos debilitados, enfermedades como la diabetes o el uso de prótesis dentales.

Síntomas de la candidiasis oral en niños

Uno de los primeros signos que suelen alertar a los padres es la aparición de manchas blancas en la boca del bebé. En muchos casos, estas se confunden con simples restos de leche. Sin embargo, hay ciertas características que pueden ayudarte a reconocer si se trata de candidiasis oral. Veamos cómo identificar los síntomas reales y diferenciarlos correctamente.

¿Cómo distinguir la candidiasis de los residuos de leche?

Aunque a simple vista pueden parecer similares, existen diferencias clave que te pueden ayudar a identificarlas fácilmente:

Candidiasis oral:

• Tiene un aspecto cremoso, como algodón pegado.
• Se presenta en la lengua, encías, paladar y parte interna de las mejillas.
• No se desprende fácilmente con una gasita húmeda.
• Al intentar frotarla, puede dejar la zona enrojecida o sangrante.

Restos de leche:

• Su textura es más ligera y uniforme.
• Generalmente aparece sobre la lengua.
• Se elimina con facilidad al pasar una gasa húmeda.
• No causa irritación ni deja marcas al retirarla

Principales síntomas de la candidiasis oral en bebes y niños pequeños

• Manchas blancas o amarillentas en la lengua, encías, labios, paladar o mejillas internas (aftas).
• Dificultad para alimentarse: El bebé puede llorar, rechazar el pecho o el biberón y mostrar signos de molestia o dolor al succionar.
• Irritabilidad y llanto frecuente: Especialmente durante las tomas o después de comer.
• Lengua roja o labios agrietados: La zona puede verse inflamada, irritada o más sensible de lo normal.
• Pérdida de apetito: Debido al dolor o malestar en la boca, algunos bebés comen menos de lo habitual.
• Mal aliento: En ciertos casos, puede haber un olor desagradable proveniente de la boca.
• Erupción en la zona del pañal: En algunos bebés, la infección por Candida se extiende a la piel, especialmente en la región del pañal, causando una dermatitis fúngica con enrojecimiento, sensibilidad y, a veces, un borde rojo elevado alrededor de la erupción.

Si observa que su bebé tiene manchas blancas en la boca que no se quitan fácilmente, le molesta alimentarse y además tiene irritación en la zona del pañal, podría tratarse de una candidiasis oral y/o cutánea. 

Se recomienda consultar al pediatra para recibir el diagnóstico y el tratamiento adecuado.

Tratamiento para la candidiasis oral en niños

Ante cualquier sospecha de candidiasis oral, lo primero y más importante es consultar al pediatra. El diagnóstico suele hacerse de forma clínica, es decir, mediante la observación de las lesiones blancas en la boca y la revisión de los síntomas del bebé. 

Una vez confirmado el diagnóstico, el pediatrá recetará un tratamiento antifúngico, que dependerá de la intensidad de la infección y las zonas afectadas.

Tratamientos médicos más comunes

• Nistatina en gotas: Es el tratamiento más habitual. Se aplica varias veces al día directamente en la boca del bebé. Es seguro y bien tolerado.
  
• Gel de miconazol: Ideal para casos leves. Se aplica una pequeña cantidad en las zonas afectadas, con una gasita limpia o un dedal de silicona.
  
• Fluconazol oral: Se utiliza cuando la infección es persistente, más severa o no responde a los tratamientos iniciales. Debe administrarse estrictamente bajo supervisión médica.

Una vez iniciado el tratamiento, la mayoría de los casos de candidiasis oral mejoran dentro de las primeras dos semanas.

En la mayoría de los casos, la candidiasis oral no es grave, pero si no se trata a tiempo puede causar molestias, dificultar la alimentación y extenderse a otras zonas como el esófago o el área del pañal. En niños con enfermedades crónicas o defensas bajas, puede ser más agresiva, por lo que es clave el seguimiento médico.

Remedios caseros que ayudan (pero no reemplazan el tratamiento médico)

Algunos remedios naturales pueden usarse como complemento del tratamiento médico, siempre y cuando el pediatra los apruebe previamente. Nunca deben aplicarse por cuenta propia, ya que no todos los consejos que circulan por internet son seguros para un bebé.

• Aceite de coco: Tiene propiedades antifúngicas naturales. Se puede aplicar una pequeña cantidad con una gasa estéril en la zona afectada de la boca.
  
• Bicarbonato de sodio: Mezcla una cucharadita en un vaso de agua hervida y fría. Humedece un algodón limpio y aplícalo suavemente en las lesiones. Ayuda a modificar el pH de la boca, dificultando el crecimiento del hongo.
  
• Probióticos para bebés: Bajo indicación médica, los probióticos pueden ayudar a equilibrar la flora bacteriana y reducir el riesgo de reinfecciones.
  
• Esterilización de utensilios: Durante el tratamiento, es fundamental hervir diariamente todos los objetos que el bebé se lleva a la boca (chupetes, tetinas, biberones, cucharas, mordedores).

Importante: Nunca sustituyas el tratamiento médico por remedios caseros. Algunos pueden ser ineficaces o incluso peligrosos si no se aplican correctamente, especialmente en bebés tan pequeños.

Cómo prevenir la candidiasis oral en niños

Aunque la candidiasis oral no suele ser grave, sí puede causar molestias y dificultar la alimentación. Por eso, es importante seguir algunas rutinas sencillas de higiene y cuidado diario para reducir el riesgo de contagio o recaídas.

Mantén todo limpio

• Esteriliza a diario todo lo que el bebé se lleva a la boca: chupetes, biberones, cucharas, mordedores y piezas del extractor de leche. Puedes hervirlos durante 10 minutos o usar el lavavajillas si es apto para estos objetos.
• Lava con agua caliente y jabón cualquier utensilio que haya estado en contacto con la boca del bebé o con tus pezones, incluso si no hay síntomas visibles de infección.

Higiene de manos y piel

• Lávate las manos antes y después de amamantar, cambiar pañales o manipular objetos del bebé.
• Lava también las manos del bebé, sobre todo si gatea o se lleva juguetes a la boca.
• Mantén limpios tus pezones después de cada toma y déjalos secar al aire antes de volver a colocarte el sujetador.

Cuidados durante la lactancia

• Puedes seguir dando el pecho si tu bebé tiene candidiasis, pero vigila tus pezones. Si sientes dolor, enrojecimiento o picor, podrías necesitar tratamiento también.
• Limpia y esteriliza todos los elementos usados en la lactancia, como pezoneras, extractores de leche y biberones, todos los días mientras dure la infección.
• Cambia los protectores mamarios regularmente, sobre todo  si están húmedos y lava los sostenes de lactancia con regularidad para evitar que se acumule humedad.

Fortalece las defensas de forma natural

• Si tu pediatra lo recomienda, puedes incluir probióticos o yogur con cultivos activos en tu alimentación y en la de tu bebé (si ya come sólidos), para favorecer el equilibrio de bacterias buenas.

Consejos extra para reducir el riesgo

• Evita el uso innecesario de antibióticos, ya que pueden alterar la flora natural.
• Revisa la boca del bebé regularmente, sobre todo si ha estado enfermo o ha tomado medicamentos.
• Si notas manchas blancas que no desaparecen, molestias al mamar o una erupción persistente en el pañal, consulta con el pediatra.

La candidiasis oral en niños es una infección común causada por el crecimiento excesivo del hongo Candida albicans. Aunque suele ser leve, puede generar molestias y afectar la alimentación si no se trata a tiempo. Su aparición está relacionada con factores como el uso de antibióticos, el contacto durante el parto, la lactancia o una higiene inadecuada.

Por suerte, con el tratamiento adecuado, como antifúngicos recetados por el pediatra, y algunos cuidados complementarios, es posible controlarla fácilmente. La prevención empieza con una buena higiene y la observación diaria. Si notas algo inusual en la boca de tu bebé, no dudes en consultar: actuar a tiempo hace toda la diferencia.