¿Qué Es La Cirugía De ATM?: 6 Opciones Quirúrgicas Definitivas

Es posible que los pacientes no sean conscientes de presentar algún trastorno de la ATM, y que estos sean diagnosticados durante una consulta odontológica de rutina. Sin embargo, es frecuente que las personas consulten con un profesional al experimentar algunos síntomas, entre estos:

• Dolor en la mandíbula

• Dificultad para abrir o cerrar la boca

• Chasquidos, crepitaciones o ruidos anormales al mover la mandíbula

• Dolor al masticar

• Dolor de cabeza, especialmente en la región de las sienes o la frente

• Dolor de oído

• Rigidez en la mandíbula

• Cambios en la mordida (maloclusión)

• Zumbido en el oído o mareos

• Dolor en el hombro o el cuello

• Rigidez de la mandíbula

Diagnóstico de trastornos de la ATM

El diagnóstico de los trastornos de la ATM generalmente es realizado por un cirujano maxilofacial, ortodoncistas, prostodoncistas y otorrinolaringólogos. Este requiere de un examen clínico y un examen radiográfico.

Examen clínico:

Durante la consulta, es probable que el profesional:

• Le pida que abra y cierre la boca para observar el rango del movimiento e identificar limitaciones y desviaciones.

• Presione los músculos masticatorios para encontrar áreas de malestar.

• Palpe alrededor de las articulaciones de la mandíbula mientras abre y cierra la boca.

• Coloque un dedo en la parte anterior del conducto auditivo externo para sentir alteraciones durante los movimientos de apertura y cierre

Examen radiográfico:

Para un diagnóstico preciso y completo, es necesaria la toma de imágenes radiográficas. Estas pueden incluir:

• Radiografías dentales .

• Tomografía computarizada

• Resonancia magnética

• Artroscopia de ATM

Enfoques no quirúrgicos para los trastornos de la ATM

El manejo de los trastornos de la articulación temporomandibular (ATM) a menudo comienza con terapias no quirúrgicas que buscan aliviar los síntomas y mejorar la función de la ATM. Estas terapias pueden ser efectivas para muchas personas y con frecuencia, se utilizan antes de considerar opciones más invasivas. Aquí hay algunas terapias no quirúrgicas comunes para el manejo de los trastornos de la ATM:

1. Protectores bucales: Son placas de acetato que se colocan sobre los dientes para guiar la mandíbula a una mejor posición donde los músculos masticatorios estén más relajados, lo que puede disminuir el apretamiento y rechinamiento de los dientes.

2. Fisioterapia: Realizar ejercicios para estirar y fortalecer los músculos masticatorios puede ayudar a aliviar las molestias de la ATM.

3. Terapia cognitivo-conductual: Esta terapia puede ser útil para abordar el componente emocional de los trastornos de la ATM, como el estrés y la ansiedad, que a menudo pueden empeorar los síntomas. Aprender a manejar el estrés y adoptar estrategias de afrontamiento puede ser beneficioso.

4. Terapia con láser: La aplicación de un láser de baja potencia ayuda a estimular el flujo sanguíneo, reducir la inflamación y el dolor en la ATM.

5. Inyecciones: La inyección de medicamentos como corticosteroides o bótox (toxina botulínica) en los puntos dolorosos de los músculos masticatorios puede ayudar a disminuir la inflamación y relajar las fibras musculares.

Opciones quirúrgicas para los trastornos de la ATM

Cuando los trastornos de la articulación temporomandibular (ATM) no responden al tratamiento conservador o cuando existen problemas estructurales graves que requieren intervención, se pueden considerar opciones quirúrgicas.

Es importante destacar que la cirugía de la ATM se reserva generalmente para casos en los que otras terapias no han proporcionado alivio adecuado y cuando los síntomas son lo suficientemente graves como para justificar los riesgos asociados con la cirugía. Aquí hay algunas opciones quirúrgicas para el manejo de los trastornos de la ATM:

1. Artrocentesis: Esta es una cirugía mínimamente invasiva que implica la inserción de agujas en la articulación para lavar la zona con un líquido estéril y ayudar al reposicionamiento del disco de cartílago que se encuentra entre la mandíbula y el cráneo. Es útil para aliviar el dolor y la restricción de movimiento.

2. Artroscopia: En la artroscopia de la ATM, se realizan pequeñas incisiones y se introduce un tubo delgado con una cámara en la articulación. Esto permite que el cirujano examine la articulación y realice reparaciones mínimamente invasivas, como la eliminación de tejido dañado o la liberación de adherencias.

3. Reposicionamiento condilar: Algunos trastornos de la ATM pueden ser causados por problemas en la posición de la mandíbula. En casos selectos, se puede realizar una cirugía para reposicionar el cóndilo mandibular en una posición más adecuada.

4. Artroplastia: En esta cirugía, se reemplaza o se remodela la articulación temporomandibular para mejorar la función y aliviar el dolor crónico. Esto puede involucrar la colocación de un implante o la reconstrucción de la articulación con tejido propio del paciente o materiales sintéticos.

5. Osteotomía: En casos graves de deformidades esqueléticas, como retrognatismo (mandíbula inferior retraída) o prognatismo (mandíbula inferior prominente), se pueden realizar cirugías de osteotomía para corregir la posición de la mandíbula y mejorar la función.

6. Cirugía reconstructiva: En casos extremadamente raros de daño grave en la ATM, se puede requerir una cirugía reconstructiva que implique la reparación o reemplazo total de la articulación temporomandibular.

Es importante que la decisión de someterse a una cirugía de la ATM se tome después de una cuidadosa evaluación y discusión con un equipo de profesionales de la salud, que puede incluir a un cirujano oral y maxilofacial o a un especialista en trastornos de la ATM.

Las cirugías de la ATM pueden tener riesgos y tiempos de recuperación significativos, por lo que se deben considerar cuidadosamente los beneficios potenciales y las alternativas antes de proceder. El enfoque de tratamiento debe ser personalizado según las necesidades y la gravedad de la afección de cada paciente.

Conclusión

Si experimentas alguno de los síntomas mencionados de manera persistente, es importante buscar la evaluación y el tratamiento de un profesional de la salud, como un dentista o un especialista en trastornos de la ATM, para determinar la causa y desarrollar un plan de manejo adecuado. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden ayudar a restaurar la función y la comodidad bucal, restaurar la función, aliviar el malestar y mejorar la calidad de vida.