Last Updated on: 27th noviembre 2024, 12:48 pm
En el mundo de la odontología y la medicina bucal, es esencial comprender los diversos trastornos que pueden afectar las glándulas salivales. El tumor benigno más frecuente de las glándulas salivales es el adenoma pleomórfico. Acompáñanos a conocer más sobre este tumor que si bien no es cancerígeno, no está exento de riesgos y puede requerir una atención médica especializada para garantizar la salud bucal y general de quienes lo padecen.
¿Qué es el adenoma pleomórfico?
Un adenoma pleomórfico es el tumor benigno (no cancerígeno) de glándulas salivales más frecuente. Puede ser originado tanto en las glándulas salivales menores como en las mayores.
¿Quién puede presentar un adenoma pleomórfico?
Aunque los adenomas pleomórficos pueden presentarse en cualquier persona y a cualquier edad, estos son más frecuentes en:
● Mujeres: Se ha visto que el 60% de los casos de adenoma pleomórfico, se presentan en mujeres.
● Adultos: Se han reportado casos de adenoma pleomórfico en pacientes entre los 20 y los 72 años de edad, siendo mucho más frecuente en la cuarta, quinta y sexta década de vida. En general, la edad promedio de aparición de este tumor es sobre los 44 años.
● Personas con antecedentes familiares de adenoma pleomórfico: Este tumor ha mostrado tener un componente genético importante.
¿Dónde puede aparecer un adenoma pleomórfico?
El adenoma pleomórfico aparece con especial frecuencia en las glándulas parótidas, aquellas que se encuentran en la parte profunda de las mejillas y proveen la mayor parte de la producción de saliva. Cuando este tumor no se origina en la glándula parótida, puede aparecer también en:
● Tabique nasal
● Paladar
● Labio superior
● Región submandibular
● Conducto auditivo externo
● Seno maxilar
● Bronquios
● Mama
● Úvula.
¿Qué factores aumentan el riesgo de sufrir un adenoma pleomórfico?
Los factores que aumentan el riesgo de sufrir un adenoma pleomórfico pueden ser de tipo hereditario o ambiental.
Hereditarios:
● Predisposición genética.
● Herencia familiar.
Ambientales:
● Pacientes expuestos a radioterapia (especialmente durante la infancia).
● Exposición a toxinas.
● Consumo de cigarrillos.
● Infección por el virus simio 40 (SV40).
Diagnóstico del adenoma pleomórfico
Signos de un adenoma pleomórfico
Como se mencionó anteriormente, el sitio de aparición más frecuente es la glándula parótida. Un adenoma pleomórfico que se desarrolla en esta zona, suele manifestarse como una hinchazón en la mejilla, por delante de la oreja. Esta hinchazón es dura al tacto y con apariencia desigual. Aunque en muchos casos no hay síntomas, hay pacientes que pueden experimentar:
● Dolor
● Edema
● Fluctuación
● Parálisis facial
¿Cuánto tardan en aparecer los síntomas?
Desde la aparición del adenoma pleomórfico, los síntomas pueden aparecer al cabo de unas pocas semanas, aunque también se ha demostrado que podrían tardar hasta 12 años en aparecer.
¿Cómo se diagnostica el adenoma pleomórfico?
Debido a que se trata de una afección poco frecuente, que además puede presentarse de muchas formas en diversas ubicaciones, el diagnóstico es difícil. Normalmente, el diagnóstico del adenoma pleomórfico se logra gracias a la toma de muestras del tumor, así como a diversos estudios radiográficos. Los exámenes más empleados son:
● Ecografía
● Tomografía computarizada
● Resonancia magnética
● Citología por aspiración
Opciones de tratamiento para el adenoma pleomórfico
Extirpación quirúrgica:
El tratamiento ideal del adenoma pleomórfico, implica una cirugía para retirar completamente el tumor, asegurándose de retirar parte del tejido que lo rodea para evitar su reaparición. El procedimiento quirúrgico a elegir dependerá en gran medida de:
● Tamaño del tumor.
● Ubicación (superficial o profunda)
Radioterapia:
De acuerdo con un grupo de investigadores, la radioterapia se recomiendo cuando:
● No se logra el retiro total del tumor.
● Se requiere dañar el nervio facial para retirar el tumor.
● El tumor ha presentado múltiples recurrencias.
Complicaciones
Algunas complicaciones del tratamiento quirúrgico del adenoma pleomórfico son:
● Parálisis parcial del nervio facial: El nervio facial es el encargado de controlar múltiples movimientos musculares faciales, como el parpadeo, levantamiento de la ceja o la sonrisa. Este nervio atraviesa la glándula parótida, que es el lugar más frecuente donde puede presentarse un adenoma pleomórfico.
Por tal motivo, en varios casos es probable que al retirar el tumor y la glándula parótida, el nervio facial se vea afectado, generando parálisis. Se ha observado en la tercera parte de los pacientes que requieren este procedimiento. Dependiendo de la extensión del tumor y del daño al nervio, estas podrían ser reversibles o irreversibles.
● Recurrencia: Suele suceder cuando el tumor no es retirado por completo.
● Parálisis completa del nervio facial: Es infrecuente, se ha demostrado que puede suceder en el 4% de los casos.
● Sialocele: Se refiere al acúmulo de saliva por fuera del conducto salival, en el espacio subcutáneo. En un estudio donde se evaluaron las complicaciones de esta cirugía en 39 personas, se presentó sialocele en 2 casos.
También pueden ocurrir otras complicaciones relacionadas con cualquier procedimiento quirúrgico, como hemorragias o infecciones en la herida.
¿Es peligroso un adenoma pleomórfico?
Aunque no es algo que suceda con frecuencia, cuando este tumor no es tratado o se realiza un retiro incompleto del mismo, puede transformarse en cancerígeno y realizar metástasis, lo que podría incluso causar la muerte. Por lo anterior, es indispensable que los pacientes reciban un diagnóstico y tratamiento oportunos.
Otra enfermedad similar de la boca es la ránula. Una ranula es una protuberancia llena de moco que afecta al suelo de la boca, debajo de la lengua. Conoce qué es una ranula y sus tratamientos.
Conclusiones
● El adenoma pleomórfico, un tumor benigno que afecta las glándulas salivales, puede manifestarse en una amplia variedad de personas, con una mayor incidencia en mujeres y personas que se encuentran entre la cuarta y sexta década de vida.
● La ubicación del adenoma pleomórfico varía, siendo más común en la glándula parótida, pero también puede afectar otros sitios inesperados, lo que subraya la necesidad de una atención médica cuidadosa y especializada para garantizar un tratamiento adecuado.
● La prevención de complicaciones graves es esencial en el manejo del adenoma pleomórfico, ya que, aunque mayoritariamente benigno, un tratamiento inadecuado o incompleto puede llevar a la transformación en una forma cancerígena, destacando la importancia de la atención temprana y precisa.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la norma del 80 en el adenoma pleomórfico?
Una regla útil para tener en mente es la norma del 80: el 80% de todos los tumores de las glándulas salivales se localizan en la parótida, el 80% de los tumores en la parótida son benignos y, de estos, el 80% son adenomas pleomórficos. El tumor de Warthin ocupa el segundo lugar en frecuencia entre las lesiones benignas.
¿Cuáles son los rasgos clínicos habituales del adenoma pleomórfico?
Los adenomas pleomórficos generalmente se detectan en un examen físico de rutina, presentándose como un bulto sin síntomas. Este tumor tiene su inicio en las glándulas de la zona de la cabeza y el cuello y comúnmente se muestra como una protuberancia firme, móvil y de crecimiento lento, que no provoca ulceraciones en la mucosa que se encuentra por encima.
¿Qué medidas se pueden tomar para evitar la reaparición de un adenoma pleomórfico?
El adenoma pleomórfico es el tumor más común en las glándulas salivares y especialmente frecuente en la glándula parótida. Dado su potencial para la invasión local, la mejor estrategia para minimizar el riesgo de que el tumor vuelva a aparecer es mediante una parotidectomía superficial o una parotidectomía total.
¿Dónde se localiza comúnmente el adenoma pleomórfico?
El adenoma pleomórfico constituye entre el 70 y el 80% de los tumores benignos en las glándulas salivales, siendo la glándula parótida su ubicación más habitual.
¿Cuál es la mejor opción de tratamiento para los adenomas pleomórficos?
Las neoplasias benignas de las glándulas salivares, conocidas como adenomas pleomórficos, pueden llegar a ser de gran tamaño si no se diagnostican a tiempo. La mejor estrategia terapéutica es la resección completa del tumor, dado que métodos menos invasivos como la enucleación podrían resultar en un retorno de la enfermedad.
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Referencias
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